Introducción
La deserción escolar no es una decisión individual, está condicionada por factores contextuales que se identifican en el presente trabajo y se analizan en estudiantes de educación media superior, en Sonora, México. Se aplicó una encuesta a 147 jóvenes sobre situación familiar, historia escolar, motivos de deserción y planes futuros, entre otros. Los resultados muestran que 86% de las personas participantes abandonó la escuela entre el primer y tercer semestre, con un promedio de calificación, en el último semestre cursado, de 7.49. Las principales razones para dejar de estudiar fueron los factores económicos, haber reprobado materias y la falta de interés. De los participantes, 93% no estaba satisfecho con el nivel de estudios alcanzado, sin embargo, no tenía planeado retomar estas actividades. Los resultados muestran la necesidad de un modelo de intervención basado en políticas educativas con mayores incentivos para una adherencia al sistema escolar, flexibilización del tránsito entre subsistemas y reestructuración de las redes de comunicación entre los actores principales.
Se define deserción como el abandono de las actividades escolares antes de terminar algún grado o nivel educativo (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2004). La CEPAL (2003) reporta que, en promedio, cerca de 37% de los adolescentes latinoamericanos que tienen entre 15 y 19 años de edad, abandona la escuela a lo largo del ciclo escolar. Asimismo, se afirma que la mayor parte de la deserción se produce una vez completada la secundaria y frecuentemente, durante el transcurso del primer año de la enseñanza media superior.
En México, existen dos tipos de programas para la educación media superior: el bachillerato y la educación tecnológica. Estos se imparten, a su vez, en tres modalidades: bachillerato general, tecnológico y bivalente. El bachillerato general concentra 89.5% de la matrícula nacional, y el tecnológico 10.5%, lo que muestra el escaso interés de la población juvenil por los estudios con orientación tecnológica. Sin embargo, independientemente de la popularidad de las modalidades, la eficiencia terminal de ambas es insatisfactoria, ya que solo la mitad lo termina: en bachillerato, 57% y en tecnológico, 45% (SEP, 2004). En Sonora, el bachillerato absorbe 86% de la matrícula y el tecnológico 14%.
De la población sonorense, 9.85% tiene entre 15 y 19 años, rango de edad en el que se cursa, generalmente, la educación media superior; dentro de este grupo, 49.46% son mujeres (SEC, 2003). De acuerdo con el censo del año 2000, 51.70% de los varones y 40.21% de las mujeres, asistían a la escuela (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática [INEGI], 2000). Para el nivel medio superior, la Secretaría de Educación y Cultura (SEC, 2004) informó que durante el ciclo 2002–2003, Sonora tuvo un porcentaje de deserción escolar superior al nacional (17.8% contra 15.9%). Estas estadísticas muestran que un porcentaje importante de la población joven sonorense abandonó los estudios, sin proporcionar información sobre lo que hacen una vez que están fuera del sistema escolar.
Algunos estudios asocian el problema de la deserción con diferentes factores:
1) Económicos, que incluyen tanto la falta de recursos en el hogar para enfrentar los gastos que demanda la asistencia a la escuela, como la necesidad de trabajar o buscar empleo.
2) Problemas relacionados con la oferta o ausencia de establecimientos destinados a impartir educación de este nivel, lo que se relaciona con la disponibilidad de planteles, accesibilidad y escasez de maestros.
3) Problemas familiares, mayormente mencionados por niñas y adolescentes, relacionados con la realización de quehaceres del hogar, el embarazo y la maternidad.
4) Falta de interés de los y las jóvenes, lo que incluye también el desinterés de los padres para que continúen con sus estudios.
5) Problemas de desempeño escolar, como el bajo rendimiento, la mala conducta y problemas asociados a la edad (Merino, 1993; Piña, 1997; Espíndola y León, 2002; Orozco, 2004).

En México, el incremento de la deserción en nivel medio superior, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), está asociado a un bajo presupuesto para la educación, sumado al bajo ingreso percibido por sus habitantes. La OCDE llegó a esta conclusión después de aplicar el Programa Internacional para la Evaluación del Estudiante (PISA), en donde México obtuvo el penúltimo lugar en aprovechamiento en Español y Matemáticas. En el documento se indica, además, que tanto estudiantes como escuelas tienen un desempeño mejor cuando el clima escolar se caracteriza por altas expectativas apoyadas en relaciones cercanas entre maestros y alumnos (OCDE, 2004).
En Sonora, no existen estudios que den seguimiento a los y las estudiantes de este nivel, por lo que poco se sabe acerca de qué hacen una vez que desertan de la escuela. De ahí la necesidad de contar con información sobre quienes abandonan la educación media superior, a fin de proponer acciones que mejoren la eficiencia terminal. En el presente trabajo se muestran los resultados del seguimiento realizado a los y las jóvenes que desertaron del nivel medio superior durante el periodo 2003–2004, en tres municipios del estado de Sonora, México, con el objetivo de caracterizar a este grupo de población.
Metodología
Se realizó un estudio de tipo descriptivo, con una muestra aleatoria y representativa de los y las adolescentes que abandonaron sus estudios en el nivel medio superior en el estado de Sonora, durante el ciclo escolar 2003–2004, en tres municipios.

Participantes. Se aplicó una encuesta a un total de 147 estudiantes que abandonaron sus estudios en cualquier semestre de nivel medio superior en escuelas oficiales del estado de Sonora, México, durante el ciclo escolar 2003–2004. El rango de edad de inclusión fue de 15 a 22 años de edad. Se consideró que durante el ciclo 2003–2004, la SEC reportó para nivel medio superior 16.5% de deserción, por lo que se calculó llevar a cabo una muestra de 350 estudiantes para el estado, mediante el muestreo proporcional simple, con un nivel de confianza de 95% y un margen de error de 0.3. Se trabajó en los municipios de Hermosillo, Nogales y Cajeme, por concentrar 64% de la matrícula de todo el estado y por ser localidades que cubren la capital del estado, la zona norte y la zona sur. Los estudiantes fueron seleccionados al azar, a través de listados proporcionados por las instituciones.
Resultados
Para una muestra de 147 estudiantes, se realizaron 470 visitas a los domicilios, cuyas direcciones fueron proporcionadas por las instituciones participantes. En 26% (123) de los casos, el joven o la joven se había reincorporado a otro subsistema o escuela (Tabla I), lo que resulta de particular importancia para la política educativa, pues indica que poco más de una cuarta parte de los estudiantes desertores ya estaban inscritos en otro subsistema. Ante la falta de un sistema de información único para los distintos subsistemas y uno de equivalencias de la currícula escolar, tanto la institución receptora como la expulsora carecen de información sobre los individuos que reinician los estudios. Tal situación evidencia la necesidad de un sistema de comunicación entre subsistemas, que incluya la transferencia de expedientes y que permita recuperar el costo de lo invertido en uno o más semestres, tanto por la institución como por el (la) estudiante y haga más expedito el tránsito entre subsistemas.

Perfil sociodemográfico
En total, 44% de los entrevistados fueron mujeres y 56% varones, con una media de edad para estos últimos de 17.85 años (en un rango de 15 a 22 años), y en las mujeres de 17.55 (en un rango de 15 a 20 años). La mayoría de los encuestados (93%) dijo ser soltero(a); 65% mencionó que vivía con ambos padres; 20% sólo con la madre; 9% vivía con algún familiar; y 5% dijo que vivía en pareja, esto último mencionado principalmente por mujeres, lo que podría indicar que dicho grupo inicia su vida en pareja a más temprana edad. De los y las estudiantes encuestadas, 8% dijo tener hijos, un promedio 1.08 hijos (Tabla II), donde la media en número de hijos para los hombres fue 1 y para las mujeres 1.17 (con un máximo de 2).

En este grupo, 24% de los padres no tenían pareja; 94% eran mujeres, de las cuales, 54% dijo aportar el sustento en su familia. Aún cuando la mayoría de los participantes reportó vivir en familia nuclear formada por padres y hermanos, es importante resaltar que una quinta parte de la muestra vivía en hogares con jefas de familia. De acuerdo con García y De Oliveira (2005), las unidades familiares encabezadas por mujeres tienen mayores dificultades económicas, mismas que pueden propiciar la deserción al no poder cubrir los gastos de la educación de los hijos(as). Algunos autores como Horwitz (1995), mencionan los efectos de la ausencia de figura paterna sobre el comportamiento de los y las jóvenes en una etapa como la adolescencia, caracterizada por la inestabilidad emocional que puede aumentar la separación entre generaciones y generar menor control sobre su comportamiento.
Conclusiones
A partir de los resultados de este estudio, se puede concluir que los y las estudiantes que desertan del nivel de educación media superior, se caracterizan por ser jóvenes que abandonan la escuela especialmente durante los primeros semestres de bachillerato. La problemática se observa principalmente entre los varones, aunque la diferencia por sexo no es significativa. La edad media para desertar en ambos sexos, fue de 17 años. La mayoría de estos jóvenes tiene padres con una escolaridad menor a la de sus hijos. Entre las principales razones para desertar en este grupo, se encontraron los factores económicos, en el caso de las mujeres, y la reprobación de materias, en el de los hombres.
Se trata de jóvenes que consideran su desempeño en la escuela como regular, sin un compromiso o planes futuro, pues a pesar de que en su mayoría se manifiestan en desacuerdo con el nivel de estudios alcanzado, no tienen planes concretos de continuar con sus estudios, y solo se queda en intenciones. El problema de la deserción es multifactorial y los datos del estado de Sonora lo confirman. Sin embargo, a diferencia de otros estudios en donde las mujeres abandonan la escuela, principalmente por embarazo, en el presente caso esta situación no fue uno de los motivos principales.
En general, las razones de abandono escolar en este estudio, fueron las económicas, que incluyeron tanto la falta de recursos del hogar para enfrentar los gastos que demanda la asistencia a la escuela, como el abandono que se produce para trabajar o para buscar empleo. Igualmente se encuentran los problemas familiares, aquellos asociados a la falta de interés, incluida la valoración virtual, no real, que hacen de la educación los padres y las madres; y los problemas de desempeño escolar: bajo rendimiento, problemas de conducta y otros asociados a la edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario